Pedro Segundo Tavacca

sábado, 30 de abril de 2011

FUNES Y SU PARQUE RECREATIVO

15:40 25-02

FUNES Y SU PARQUE RECREATIVO

Las primeras gestiones del colonizador Tomás J. de la Torre para fundar el pueblo de San José, las realizó en la ciudad de Rosario, a mediados de 1874: El diario “La Capital” manifestaba: “Trátase de la fundación de un pueblo en la línea del Central Argentino, a 16 kilómetros de Rosario, es decir, en un punto intermedio entre esa ciudad y Roldán.
Las primeras gestiones del colonizador Tomás J. de la Torre para fundar el pueblo de San José, las realizó en la ciudad de Rosario, a mediados de 1874: El diario “La Capital” manifestaba: “Trátase de la fundación de un pueblo en la línea del Central Argentino, a 16 kilómetros de Rosario, es decir, en un punto intermedio entre esa ciudad y Roldán. El ferrocarril, al principio dos veces y luego cuatro al día, parará en el paraje designado para ser convertido en pueblo que será llamado San José. El terreno elegido es magnífico y tan hermoso como es posible hallarlo a tan corta distancia de la ciudad. Sus accidentes le dan todos los atractivos de la hermosa vista y los alicientes de una salubridad perfecta, garantida por su desahogo y sus declives felices”. Un anunciado paseo hasta el pueblo fue una realidad el 9 de marzo de 1875 y a la hora convenida el tren expreso partió a las diez de la mañana desde la estación Rosario Central hasta la estación Bandera recientemente instalada por la empresa del Ferrocarril Central Argentino. El viaje duró sólo veinte minutos y los paseantes en número de 400 fueron agradablemente impresionados por el alegre aspecto que ofrecía el terreno que es la preciosa ladera de una cuchilla en los campos que rodean a Rosario. La llegada fue muy grata, propendiendo a esto la Banda de música, contratada al efecto. Los visitantes quedaron gratamente sorprendidos ante la cantidad de pájaros que surcaban el aire, deteniéndose algunos en los agrestes follajes donde entrelazaban sus nidos. Los había de cautivantes colores que se mezclaban con nubes de vistosas mariposas, todo actualmente diezmado por las fumigaciones agropecuarias que han hecho desaparecer hasta las lechuzas y los sapos. Estos existían como plaga, lo cual en algún momento indujo a llamar al pueblo “San José de los sapos”. Del análisis de la documentación existente sobre la creación del pueblo San José, surge que con la promulgación de la Ley del 19 de agosto de 1875 quedó sellada su suerte. Claro está que, si tomamos como referencia la fecha en que de la Torre inició las gestiones para crear el pueblo, deberíamos expresar que el mismo fue teóricamente creado el 1º de Mayo de 1875. A partir del 10 de mayo de 1875 los trenes que hacían el recorrido desde Rosario hasta Tortugas y viceversa se detenían en la primera estación saliendo de Rosario, denominada “Bandera”. A partir del 23 de junio de aquel año la estación se llamó AVILA-FUNES y el domingo 27 de agosto de 1893, el nombre de la estación fue cambiado por el de Funes, haciéndose notar que los nombres que se fueron adoptando respondían a los apellidos de los distintos dueños de la tierra originaria en la cual iba a surgir el pueblo. La belleza de paraje motivo a muchos interesados en adquirir lotes con lo cual el pueblo comenzó a crecer con las alegrías y las penas de los primeros pobladores que siempre sintieron por él un verdadero afecto viviendo en un principio con la mayor armonía, animados por un sano sentimiento de familia grande. El pueblo se fue integrando con colonos dedicados a la agricultura y ganadería primordialmente a la producción lechera. Se funda una escuela, una parroquia y otras dependencias y en estos últimos tiempos surgió un periódico “La Verdad Funense” bajo el lema: “Hay tres verdades: la tuya, la mía y la verdad”; pero quedó incumplida una imperiosa necesidad que en otras poblaciones fue plenamente cubierta; cual es la existencia de un parque recreativo ricamente arbolado. A Funes, en estos últimos tiempos, después de convertirse en ciudad, se le presentó la brillante oportunidad de ir contando con espacios verdes destinados a plazas y lugares para recreación, surgidos de los loteos y barrios cerrados que se hubieran generado. Actualmente, según datos extraoficiales, existirían dos importantes fracciones sobre las cuales el municipio tendría inalienables derechos de propiedad. Una es de 8,8 Has en las adyacencias de la autopista Rosario- Córdoba y Ruta S34 y otra de 12 Has en las cercanías del Club Israelita, los cuales han sido celosamente mantenidos por el municipio. La creación del Parque Recreativo es una obra prioritaria para Funes que debe generarse por la Municipalidad con la estrecha colaboración de los vecinos, porque dentro de muy pocos años podría adquirir valor turísticoen el litoral si todo se maneja con sumo desinterés y vocación de servicio, lo cual traería ingentes beneficios a la ciudad. Imaginemos lo que sería contar con varias manzanas con árboles como existen en la modesta plaza ubicada sobre la Ruta Nº 9 cuyas especies fueron colocadas hace alrededor de cincuenta años. Funes siemprecontó con muchos vecinos entusiastas de la más disímil categoría social, como ser profesionales, trabajadores, artistas o padres de familia que trabajaron con desinterés por el bien común sólo por amor a la obra, lo cual en esta particular circunstancia puede volver a repetirse. Sólo se requiere, en este caso, comprender el valor de esta iniciativa, que no es superflua sino indispensable para el mantenimiento de la salud de la población, su bienestar y equilibrio emocional. Ha venido gente capacitada a la ciudad para colaborar en la tarea de que se transforme realmente en Jardín de la Provincia, tal como era la aspiración de Tomás J. de la Torre y que ha perdurado de generación en generación. Eso dará lugar a que allí puedan celebrarse reuniones de artistas y disertantes de la más variada índole, o sea transformarse en el origen de un centro cultural. A las tierras las tenemos, indiscutiblemente la buena voluntad de las autoridades municipales también; sólo nos queda ponernos a trabajar sobre algo que entre todos podemos hacer realidad.

Pedro S. Tavacca (tavacca.pedro@gmail.com)

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