sábado, 30 de abril de 2011
EL MUNDO OCULTO
EL MUNDO OCULTO
El día 21 del corriente en esta Sección se publicó una carta del
Sr. Alberto Feldman bajo el título “Fantasmas en la ciencia” vinculada con una
de mi autoría que apareció el día 20. Todo se originó en un valioso artículo
periodístico aparecido en este diario el día 17 bajo el título “Las casas de los
fantasmas”, considerando problemas que atraen públicamente y que han comenzado a
tratarse en forma científica. Sobre esta cuestión el 18 de abril de 1857 Allan
Kardec publicó “El libro de los espíritus” en base a las experiencias que venía
realizando en los cuales intervino posteriormente el astrónomo Camille
Flammarion, quién entre múltiples obras sobre astronomía, publicó también “La
muerte y sus misterios” y “Las casas encantadas”. Eso fue un hito en la historia
de la humanidad. Se había abierto el camino hacia el mundo oculto cuyo
tratamiento oportunamente estuvo vedado y hasta condenado con terribles
castigos. A fines del siglo XIX surge en India la Sociedad Teosófica fundada por
Henry S. Olcott y Helena Petrona Blavatsky quién escribió “La doctrina secreta”,
en la cualactuaron investigadores dotados de las necesarias facultades para
pronunciarse sobre fenómenos paranormales los cuales fueron seriamente
considerados. A principios del siglo XX aparece La Fraternidad Rosacruz fundada
por Max Heindel, también dotado de condiciones aptas para la percepción
extrasensorial, quién escribió “El Concepto rosacruz del cosmos”. Estas dos
últimas Instituciones coincidían, salvo insignificantes diferencias, en que el
hombre es esencialmente inmaterial requiriendo para manifestarse tres cuerpos
sutiles, a saber: cuerpo vital, asiento de las actividades orgánicas
inconscientes; cuerpo de deseos, asiento de la actividad emocional y cuerpo
mental, asiento de la actividad racional, todos dentro de un cuerpo físico. Una
vez fuera del mismo, al morir, el ser inteligente o inmaterial, como se le
podría llamar, ingresaría a otra región o dimensión, inmerso sólo en los tres
cuerpos sutiles a los cuales se ha hecho referencia, para iniciar desde allí una
trayectoria que escapa al tema principal ahora en consideración. Se decía que a
veces los “muertos” desean entrar en contacto con sus seres queridos valiéndose
de los más variados recursos. Para los investigadores, en otros casos, algunos
de los llamados “espíritus” no son “muertos” sino sólo formaciones de levísima
materia vitalizada, que suelen percibirse como figuras o sonidos carentes en
absoluto de inteligencia. Eso puede ocurrir en algunas “casas encantadas” por lo
cual no hay una regla general para aplicarse en todos los casos. Como se ve,
nuevos horizontes se han abierto en la búsqueda de las respuestas a lo que
ocurre después de la muerte.
Pedro S. Tavacca
tavacca.pedro@gmail.com
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario